Decir y decir sin parar.
Decir y finalmente no hacer.
Por ejemplo, he dicho más de mil veces, que mañana prometo levantarme temprano.
Mañana, mañana, mañana.
Cada cuatro días logro hacer lo que prometo.
Pues ayer fue uno de esos días en que logre realmente hacerlo.
Ni siquiera necesité una alarma, no que las alarmas funcionen conmigo.
Solo abrí los ojos y el sol estaba en mi cara, lo sentí tal vez ni siquiera tenía que abrir mis ojos.
Ese calor y esos cielos azules, era necesario salir.
Tendí mi cama, hice desayuno, me duche y le dije a mi mamá que saliéramos.
¿Adonde?
Yo ni sabía, pero terminamos yendo hacia el Irazú.
Donde hay un muro, donde uno se sienta y ve todo.
Y oye nada más que el viento(frío, de vez en cuando helado) y tal vez, depende del día, algún adolescente tratando de llamar la atención.
Mi cámara con baterías muertas me acompañaba, como siempre.
Mi mamá estresada por que las calles estaban llenas de tráficos, y para variar el carro no esta al día con papeles de esos. Pero ya tenemos tácticas, y sabemos lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. Somos unas expertas(¿ilegales?)
De vuelta pasamos al famoso Terramall, ese Terramall que tenia una Librería Internacional con descuentos!
Y mis manos que desordenan todo lo que toco, iba el guarda detrás mío ordenando todo libro que yo ponía en el lugar equivocado.
Fue incomodo, ya que yo volvía al mismo área a desordenar de nuevo.
En fin, fue irónico ya que termine comprando dos libros que no estaban en descuento.
Y además, todo libro que busco, es de nunca encontrarse en esa librería.
Así fue.
Llegue a mi casita, a leer y eventualmente dormir.