viernes, 1 de agosto de 2008

Ayer.

Me monté en un carrusel.
Así no empezó mi día, pero fue casi lo más emocionante.

-Señoooor...
Con arrogancia y ni con media sonrisa (yo, claro, con la sonrisa más grande.) dice
-¿Sí?
-Ehmm... ¿Nos podemos montar?
-Sí
-¿En los caballos?
-Sí

-¿Es gratis?

Bueno, no pregunte eso, aunque hubiera sido bonito. Pensar que pude haber no pagado e igual haberme montado en un caballo (o una silla, si es usted aburrido) sin tener que abrir mi billetera y regar todo un monedero en busca de 500 colones. (¡si eso costo!)
Logre encontrarlos, evidentemente, y me dieron un tiquete que ahora está guardado en algún bolsillo de mi pantalón.
Éramos tres, en tres caballos blancos.
Una tomando video. (Mhmm, hay un video.)
La otra riéndose.
Y yo saludando a todos, y nadie saludó de vuelta. Que raro, yo lo hubiera hecho.
Fuimos ruidosas.
Siempre me quejo de la gente ruidosa, aunque yo sea una de esas.
Tomamos fotos.
Di obvio.
Y trate de convencer a mis amigas de comer una cucharada de canela.
No, no funciono.
Dammmn.

Pero entonces llenamos nuestros estómagos con otras carajadas que no fueran especies.
No mucho, las tres andábamos pobres.
Hamburguesas, sandwiches... Lo barato.
No dejamos propina. (Mhmm, ahí era de dejar propina.)
No por que andábamos pobres(aunque talvez sí.)
Nos cayo mal la mesera.
Si, para variar, y de fijo nos escupió toda la comida. De fijo.

Regalamos una entrada al cine.
Aunque fue de sugerencia venderla.
Como dije, andabamos pobres.
Y fue toda una misión. ¿A quien se la regalabamos?
¿Quién tenia cara de que queria ir al cine GRATIS?
Uno pensaria que todos.
Incorrecto.
Y hay un video de eso tambien.
Nos rechazaron esa valiosa entrada a ver Expedientes X.

-Es que no voy al cine señoritas.

Pues eso era evidente y por eso le regalábamos una entrada. Pero bueno.
Hubo una pareja que lo acepto, y en media película nos ofrecieron las palomitas que ellos ya no querían.
Tal como hicimos nosotras con una entrada.

Entonces así fue.
Me monté en un carrusel, regale entrada y la mesera que me enhachó.(¿?)
Pues yo la enhaché de vuelta.