Caminando por las calles.
Individualmente, rozando hombros.
Menos de un segundo, rocé hombros.
Y por menos de un segundo nos vimos
Siempre tan independientes, y al mismo tiempo tan dependientes.
De ese tacto desconocido, ese roce de realidad, de que no somos solo nosotros.
Esa mirada desconocida y necesitada, y no solo somos nosotros
Somos todos los que caminamos esas mismas calles todos los días, mirando hacia el piso
Y mirando solos
Por ese roce de menos de un segundo, me pongo a pensar lo mucho que necesito sentir.
Sentir.
Sentir.
Sentir.
Lo mucho que necesito del tacto.
Lo mucho que me siento obligada a interrumpir mi rutina.
Sentir que no soy la única.
Que no estoy sola.
Sentir que este camino ya ha sido recorrido.
Y que a mi camino le falta mucho por delante.
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3 comentarios:
me encanto! wow nina seriamente esta genial. que increible!! me gusta lo del camino, mucho mucho. :-)
Hermoso!
heyyyy... que buen post... hummm ese roce, ese tacto... puede ser de segundos pero cuanto produce en uno...
Saludos Nina!! Me ha encantado tu blog, sin duda hay que volver de nuevo!!!
Un abrazo!
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